Siempre listos!

Me encantaron las tiendas de tiro al blanco. Por un peso cubano se compran muchos balines!
Grandes y chicos practican, en lo que parece tener un fin practico y al mismo tiempo es divertido.
A mi me costo un poco, pero al final le di!

Museo de la Revolucion

En el antiguo palacio de gobierno esta el museo de la Revolución. Todavía están los tiros en la pared del atentando frustrado a Batista en el 57.
Y hay una serie de mapas, de cartas y de fotos de lo que fue el movimiento 26 de julio y la lucha armada. Parece una historia de película, muchas veces tenia que hacer un esfuerzo para entender que era el pasado de esa realidad que estaba pisando.


Afuera esta el Granma (el mismisimo), que parece tan chiquito para haber transportado a esos hombres tan grandes!

Esta ultima foto la hice desde la ventana del museo. Aca es donde hoy esta' (o deberia estar) la revolucion.

La Habana Vieja

Desde el Vedado para ir hasta La Habana Vieja nos tomabamos un "almendron", un taxi de 10 pesos cubanos que hace un circuito fijo y en el que entran mas o menos 5 personas. Son autos super antiguos, que estan funcionando hace 50 anios. Un lujo viajar en ellos. Son la prueba andante de que la frecuencia con que se cambian los autos es ridicula.
La Habana Vieja y Centro Habana rapido se transformaron en nuestros lugares preferido en la ciudad. Aqui estan los museos, los restaurantes, los bares, los cafes, las tabacarias.
Al principio nos costo un poco acostumbrarnos al acoso al turista, pero con el pasar de los dias creo que nos fuimos relajando un poco. Hay muchos muchos turistas y la gente en la calle te aborda sin parar. Pero muchos solo quieren conversar, intercambiar ideas, y nos dimos cuenta que ademas de solidario el cubano es muy conversador. Sentados en una plaza comiendo un perro caliente, o en un cafe o una heladeria, cualquiera saca un asunto y de repente estas hablando con alguien que acabas de conocer con la mayor intimidad.
Politica es asunto obligado, y tambien
el precio de las cosas.
Nosotros no nos cansabamos de caminar de arriba abajo esas calles con las que habiamos soniado tanto. La gente en la calle, musica por todos lados, chicos jugando en la vereda. Se respira un aire de seguridad que no existe en Rio de Janeiro, hasta nos habiamos olvidado como era. Andar por la calle sacando fotos sin pensar en nada? Y a la una de la maniana? Eso no existe creo que en ninguna gran ciudad, solo aqui.

El Habana Libre

Bien cerquita de casa estaba el Habana Libre. Pasamos casi todos los dias por la puerta y no nos cansamos de imaginar como seria cuando era el Hilton, y Fidel y el Che y Camilo lo tomaron y lo usaron como base de operaciones en enero del 59.
Hay una serie de fotos en el hall central (incluso una de Silvio, representando la cultura) y muchas pinturas.

La casa de Clarita e Ignacio

Nuestra casa en La Habana estaba en El Vedado, en la 27 y J. Clarita e Ignacio nos alquilaron un cuarto en el piso de arriba que tiene banio, una cocina pequenia y una terraza hermosa con una parra y todo. Nos sentimos comodisimos y me queria quedar aca para siempre.
Clarita nos llevo de compras el primer dia y nos ensenio las diferentes tiendas de alimentos, donde era mas barato comprar cada cosa. Como todos los cubanos que conoceriamos, Clarita e Ignacio estuvieron todo el tiempo queriendo ayudarnos en todo, de una manera tan natural y desinteresada que a veces nos sorprendia, mostrandonos como nos desacostumbramos a la solidaridad.
El momento que mas emociono fue cuando nos engripamos y yo les pedi si no tenian una aspirina. Al rato vienen los dos, con un antigripal, un saquito de te (dificiles de conseguir) y una botella de miel, con mil recomendaciones para cuidarnos y no tomar frio a la noche, etc.

Cuba - La Habana

Esta es una de las primeras imagenes que tuve de La Habana y tambien la que se me aparece con frecuencia en los suenios desde que volvi. El malecon, con la fortaleza del Morro atras y el faro.
Esta foto para mi tiene algo de irreal, talves porque la saque el primer dia, en el que caminamos mas de 100 cuadras, desesperados por respirar el aire de esta ciudad con la que habiamos fantaseado tanto. Estabamos tan ansiosos por mirar todas las calles, queriamos hablar con todas las personas y bailar al ritmo de la musica que surge en cada esquina.
Asi comenzamos un viaje que en realidad habia empezado hacia mucho tiempo y que no quiero terminar.